viernes, 17 de septiembre de 2010

Atrapado en la Ciudad Gris




Mi vida está llena de mentiras, falsedades, hipocresías. Plasmar todo esto en una inerte hoja de papel –o un documento de Word-  ha sido, por mucho tiempo, una de mis fantasías. Lo intenté, hay historias regadas en no menos de 5 cuadernos, en desorden, sin fecha. Hay historias en dos intentos de diario, guardados en las profundidades de mi disco duro, escritos a medias, con palabras que ahora no entiendo, que carecen de significado, que no transmiten lo que es mi vida en realidad, ¿serán demasiado superficiales? Había historias en el blog que cerré hace mucho tiempo, ‘adolescente de mente difusa’ era su nombre.
¿Para qué crear un blog? ¿Para qué hacer que los demás tengan conocimiento de lo monótona y estúpida que es mi vida –y la de las personas que me rodean-?.  Es mi fantasía sin sustento de convertirme en un escritor, de cautivar con historias, ¿será por eso que algunas historias escritas aquí estarán ‘sazonadas’?, no, seré lo más fiel posible, aunque no podría culparme de agregar ciertas cosas, tiendo a hacerlo, y es uno de mis defectos. ¿Para qué convertirme en un escritor? ¿Para ganar dinero? ¿Porque es mi pasión?, no puedo responderme, simplemente sé que quiero serlo, y me falta demasiado.
Prefiero no hablar de mí. No me gusta verme en los espejos, preferiría que no existiesen. No me gusta lo que veo: un ser pequeño, algo feo, con ojeras, un ojo más pequeño que el otro, de color cucaracha, nariz ancha y labios deformes… no me encuentro algo positivo en lo físico, nunca lo he hecho en realidad. ¿De qué me sirve tener 139 de IQ si jamás conseguiré un trabajo decente?, ahora los trabajos piden “presencia”, tener presencia definitivamente no significa ser ligeramente gordito, ni ser chato… sin embargo, a nadie le importa que sea ‘chipi’ –aunque dicen que lo importante no es el tamaño, sino saber usarlo, bah, mentiras-.
He hablado demasiado de mis defectos, ¿verdad?. Es porque no tengo virtudes, nunca las he tenido. No soy buen amigo (de hecho, deberías tener cuidado conmigo), soy chismoso, soy irresponsable, soy impuntual, no sé querer, no sé amar. ¡Eh!, espera, ¿tener dinero es una virtud?, ¿ser de la clase media alta (que aquí en Perú está sobrevalorado pues no tenemos una verdadera clase alta, solo tres, o quizás cuatro, familias) es una virtud?, ¿vestirme con Billabong o Doo Australia o comer  de vez en cuando en Tony Roma’s es una virtud?, no, no lo son, es más, los considero otro defecto. ¿Hubiera deseado ser pobre?, ¡por favor!, ¡no!
Alguien que ha leído todo lo anterior pensaría que soy un renegado de la vida, no lo soy, me resigné hace mucho a no tener ciertas cosas –y a tener otras-. Cualquiera pensaría que soy un ser solitario y huraño, insociable, pero no, tengo muy buenos ‘amigos’ (todavía no descubro lo que es la amistad, supongo que es algo ligeramente parecido a lo que tengo ahora), tengo un enamorado (oh, olvidé mencionar que era bisexual, y no, no me siento orgulloso de eso, es más, me avergüenza, así que jamás me verán en una marcha del orgullo gay) que sé que me adora (o quizás no, a veces lo dudo. Si no sé lo que es la amistad, dudo que sepa lo que es el amor). Tengo una madre y un padre que me aman (y que dejarían de hacerlo si se enteran de mi bisexualidad). Tengo un perro, al cual no le importa quién o qué sea, literalmente.
¿Y el nombre de mi blog?, fue lo menos estúpido que había pensado. Esta ciudad está llena de hipocresías, de falsedades y de mentiras, nadie es libre, nadie es lo que quiere ser (y los que lo son, son marginados por el resto). Los inviernos aquí duran más de 6 meses (coño, no tenemos otoño) son fríos, tristes, lúgubres. Cielos grises todo el día (no por nada Lima es considerada ‘la ciudad gris’), tristeza, melancolía. Mi estación favorita del año. Me siento atrapado aquí, encerrado en un burbuja que me es imposible romper, atrapado en mentiras, buscando ocultar lo que soy porque no quiero perder todo lo que tengo ahora (y créanme, si yo fuera YO, hace mucho que no tendría absolutamente nada –y no me refiero exclusivamente a lo material-).
Espero que disfruten este cuaderno de lamentos (bueno, habrán algunos momentos felices también, lo prometo)