domingo, 20 de febrero de 2011

Adiós.

Las cenizas se resbalaban por mis dedos y caían al agua. Uno a uno fuimos pasando la urna; uno a uno metimos nuestra mano; uno a uno sentimos el polvo; uno a uno fuimos uno. Los que la conocieron más, los que la conocieron menos, los que fueron muy pequeños cuando la conocieron. Se cumplía lo que había pedido, ella quería eso y eso debíamos darle. Ahora sí descansas en paz… te debe estar gustando ver todo, ¿no?. Ya nos veremos, tía, no te preocupes. Ya nos veremos…

Ingeniera Industrial en la UNI; con una maestría y un doctorado y profesora en una universidad española… cumpliste todo lo que te habías trazado en la vida. Mucho dicen que les recuerdo a ti; y sí, somos bastante parecidos. Ambos somos ambiciosos, ambos sabemos (tú sabías) lo que queremos.

Un cáncer metastásico te hizo partir. En dos meses se te escapó la vida. Nunca olvidaré la noche en la que mi mamá y mi abuela gritaron; ese día no había subido a verte. Nunca olvidaré lo mucho que lloré al día siguiente. Nunca te olvidaré; y mientras nunca te olvide, siempre estarás viva.

Adiós… y como dice Pepe Vásquez: “no es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós”.

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